Aquí Donde el sur es una certeza y el cuello ya se acostumbro a mirar hacia arriba, dado que siempre nos enseñaron que el norte queda para aquel lado, y es desde alli que siempre esperamos nazca la esperanza; bueno desde ahí llegó por fin un aire de otro color, con distinción inusitada. Donde el sur es una certeza y el cuello ya se acostumbro a mirar hacia arriba, dado que siempre nos enseñaron que el norte queda para aquel lado, y es desde alli que siempre esperamos nazca la esperanza; bueno desde ahí llegó por fin un aire de otro color, con distinción inusitada.

donde el sur es una certeza y el cuello ya se acostumbro a mirar hacia arriba, dado que siempre nos enseñaron que el norte queda para aquel lado, y es desde alli que siempre esperamos nazca la esperanza; bueno desde ahí llegó por fin un aire de otro color, con distinción inusitada.

Así se dió un cambio que nadie esperaba ya, proclamado a los cuatro vientos en épocas en los que el sesentismo era mucho más que paz, amor y rokanroll.

Ver a un presidente del país mas poderoso del mundo, que no hablara como Napoleón y mirase a su esposa como una novia, superó todas las barreras de lo esperado.

Los países pequeños como el mio, nos acostumbramos a asombrarnos de las realizaciones ajenas, tan repetidas que nos llegamos a creer que somos parte de ellas. Pero en esta oportunidad se nos sacudieron los cimientos de la credulidad; cimientos hechos por ellos, ensalzados por los medios y endiosados por nosotros.

Esperan en Irak, en Cuba, en Guantanamo, en Africa y en el mundo enfermo de arrogancia y abuso.

Los vientos nuevos siempre alteran los ánimos, dejemos las puertas las puertas abiertas que ya de tornados estamos curados y la esperanza se merece una oportunidad.