Peñarol venció 3 a 1 a Cerrito la tarde de domingo en el Centenario y es líder en solitario de la tabla anual tras el regalo de Nacional el sábado en el adelanto de la fecha, a dos partidos del clásico, y a uno de dar la vuelta olímpica en el Clausura.

El argentino Alejandro Martinuccio fue el encargado de abrir el partido a los seis minutos, cuando lanzó un zurdazo inatajable para Nicolás Vikonis, que dejó en evidencia las falencias de la defensa del Cerrito de la Victoria.

Peñarol también cometió errores y rápidamente la visita marcó en empate por intermedio del ex aurinegro Alberto Acosta, quien tras una polémica decisión del juez Líber Prudente, ejecutó un penal directamente al medio de la red, a los 34 y el equipo pasó a jugar con tres en el fondo, dejando demasiados espacios y permitiendo que al minuto, el capitán y goleador Antonio Pacheco, pusiera el partido 2 a 1 tras la asistencia de Martinuccio.

Para el segundo tiempo el aurinegro abandonó los errores poco a poco y se aprovechó a su antojo de la pobreza técnica del rival: paredes correctas, presión y contragolpe que ni el ingreso de Joel Bargueño pudo cambiar, a pesar del buen juego individual que por momentos puso en vilo a Peñarol, con la ayuda de Beto Acosta.

La Fiera cambió de táctica: Urretavizcaya más retrasado, permitiendo la reacción de Albín, el ingreso de Diego Alonso por el argentino y Gastón Ramírez, permanentemente cerca del tercer tanto. Así, en el último suspiro, con los vientos de la presión del Cerrito, cayó el Tornado mágico para poner el 3 a 1 definitivo que confirma la hegemonía aurinegra y el gran giro que le ha dado el entrenador Diego Aguirre al equipo en tan poco tiempo: los once partidos jugados, ganados. Siete puntos de ventaja en el Clausura sobre el segundo, Fénix y catorce sobre su tradicional rival, a quien también pasó en la Anual, remontando diez puntos de desventaja.

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