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Todos tenemos pensamientos indeseables. Cuando estos se vuelven persistentes y reiterados se impone que hagas algo para librarte de ellos. Aquí te muestro una técnica poco conocida que te dará magníficos resultados
A todos nosotros, en algún momento, nos invaden impulsos ocasionados por pensamientos indeseables.
Si en tu caso son pasajeros, no hay de qué preocuparse; pero si se vuelven persistentes y reiterados, entonces tienes que hacer algo.
¿Por qué?
Si consultas la literatura especializada sobre el tema te encontrarás con un número considerable de consejos, estrategias, formas y técnicas que te ayudan a vencer a este tipo de pensamientos.
Sin embargo, quisiera presentarte una técnica que no he encontrado en lo hasta ahora consultado y que le ha dado magníficos resultados a las personas a las que se la he recomendado.
Ya en un Artículo anterior me refería al trastorno obsesivo-compulsivo que es, en parte, el responsable de que tengas esos pensamientos no deseados.
Además, en ese artículo te mostraba una poderosa técnica para librarte de ellos.
Por eso en esta ocasión no profundizaré sobre el tema y solo iré directo a explicarte la esencia de esta “desconocida” técnica que también ayuda de manera considerable a vencer a esos intrusos mentales.
Para que puedas entender la técnica y practicarla con efectividad debes primero comprender este principio que rige a todo movimiento:
TODO LO QUE SE MUEVE TIENE UN CENTRO INAMOVIBLE DE DONDE SALE EL MOVIMIENTO.
Para ilustrarlo te relataré una historia de la vida de Confucio.
Un día estaba Confucio, en profundo estado de meditación, sentado frente a una gran cascada que terminaba en un gran remolino.
Cuando abrió los ojos, observó que en lo alto de la cascada un viejo, mucho más viejo que él, se lanzaba hacia el remolino.
Confucio pensó que había sido testigo de un suicidio y sintió pena por aquel viejito que a su edad había intentado acabar con su vida.
Pero cuál no fue su sorpresa cuando lo vio aparecer plácidamente por una de las orillas del río.
Intrigado, Confucio se le acercó y le dijo:
-Veo que he estado equivocado al pensar que querías suicidarte, pero por favor, sácame de la duda: ¿Cómo pudiste sobrevivir a esa fuerza descomunal del remolino teniendo en cuenta que hasta un joven no lo habría podido hacer?
El viejo le contestó:
- No es primera vez que hago esta clase de ejercicio, y la clave consiste en no resistir, en dejarte llevar, pues todo lo que está agitado como este remolino, tiene un centro de calma y de paz desde donde sale toda la agitación. Si no ofreces resistencia y no te identificas con la agitación, inexorablemente llegarás al centro de calma y de ahí siempre es fácil salir.
¿Qué enseñanzas podemos extraer de esta historia?
Cuando tienes de forma persistente pensamientos indeseables, tu mente se encuentra como en un fuego cruzado.
Es como si estuvieras en un ring de boxeo donde argumentos y contraargumentos se golpean mutuamente desatando una energía que te debilita.
Cuando tengas un pensamiento indeseable; no le ofrezcas resistencia, solo ve hasta su mismo centro
Es como estar en la turbulencia de un remolino.
¿Por qué?
Porque un pensamiento es movimiento, es energía desplegada que crea un remolino mental donde solo basta con uno para que otros vengan en turba a unírsele.
Cuando te identificas con el pensamiento es como si te estuvieses en la periferia del remolino, entonces solo experimentarás agitación y, como es obvio, te será muy difícil salir ileso.
Pero lo que debes comprender es que ese movimiento hecho pensamiento salió de un centro donde no existe movimiento alguno, y lo que sucede es que te encuentras agitado porque nunca vas al centro, siempre te quedas en la periferia.
Y quedarse en la periferia es darle más fuerza al pensamiento y sentir más inquietud.
Ahora te propongo que hagas lo siguiente:
Cuando tengas un pensamiento indeseable; no le ofrezcas resistencia queriendo que se vaya de tu mente, no luches contra él buscando contrargumentos lógicos para que se debilite.
Solo imagina que estás haciendo un viaje y visualízate dejándote llevar hasta el mismo centro del pensamiento.
Es cómo si quisieras llegar al origen mismo del pensamiento.
Aquí vale una aclaración: Llegar al origen del pensamiento no quiere decir investigar la causa del por qué estás pensando eso, sino que lo que precisas es llegar al centro de donde surgió el movimiento hecho pensamiento, ¿entiendes?
Sé que esto te puede sonar muy abstracto, también sé que puedes tener dificultades para lograrlo; pero no te des por vencido.
Vez tras vez trata de imaginarte que ese pensamiento tiene un centro desde donde él surgió y que tú viajas hasta ese mismo centro y una vez llegado allí permaneces en él.
¿Cuántas veces debes realizar el ejercicio?
Tantas veces como el pensamiento indeseable trate de imponerse en tu mente.
Ten en cuenta que la misma energía que estás utilizando en luchar contra él puedes utilizarla en hacer este viaje imaginario hasta su centro.
¿Qué vas a experimentar?
No te lo voy a decir porque prefiero que me cuentes las experiencias que obtuviste al practicar esta técnica y que vivencies por ti mismo sin que medie alguna sugestión de mi parte.
Lo que sí me comprometo contigo es que responderé a tus comentarios y si fuera necesario te ayudaré a conseguir mejores resultados en tu práctica.
Si conoces a alguien que tiene la necesidad de librarse de los pensamientos indeseables, dale a conocer esta técnica. Quizás es el remedio que anda buscando para salir del malestar.
MUCHAS GRACIAS.