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Como recientemente han aparecido estudios siquiátricos de los presidentes Chávez y Micheletti; ahora se conoce un un informe sobre el candidato a presidente de Uruguay, por el Frente Amplio, José (Pepe) Mujica
Informe psiquiátrico sobre José Mujica
¿Mujica está en sus cabales? ¿Está apto mentalmente para gobernar? ¿Por qué nadie habla de su estado mental? Son las preguntas que se hacen muchos uruguayos
Sus acciones erráticas parecen demostrar lo contrario y no hay que ser un técnico para darse cuenta de su estado mental deteriorado.
“A mi la Justicia me importa un carajo”, es una de sus incomprensibles frases, o recordar las declaraciones de Mujica sobre los “bosquimanos”, una tribu africana, cuya filosofía de vida quiere para los uruguayos, ya que trabajan solo dos horas por día y el resto del tiempo lo dedican a la joda y a los chismes. “Esta gente labura dos horas. Esta gente trabaja muy poco y tiene una vida espléndida. Tiene una apariencia de pobreza, pero tienen una vida notable, lo que descubrí fue que es mentira que el hombre es un animal trabajador”.
Su prepotencia, su malhumor evidente cuando algo no se ajusta a sus planes, su destrato a los trabajadores de la prensa, sus cambios de opinión, sus reacciones violentas que lo hacen pasar de una aparente calma, al enojo destemplado y al agravio, son muestras evidentes de un caso para estudiar en el ámbito de la siquiatría.
Su falta de discernimiento, lo lleva a cometer imperdonables errores notables, como cuando en una reciente visita al Brasil, le entregó como regalo al presidente Lula, una camiseta de fútbol perteneciente a Alcides Ghiggia, el autor del gol uruguayo que en la final de la Copa del Mundo de 1950 celebrado en ese país que dejó a Brasil sin el título y coronó a Uruguay como campeón mundial. Esa final estigmatizó a los brasileños, que a pesar del tiempo guardan y aun hoy, recuerdan ese acontecimiento como uno de los hechos más negros de su historia deportiva. Se supo que esté “regalo”, no cayó muy bien en el entorno del presidente Lula da Silva, más bien se le consideró una burla desubicada, luego de eso, al mejor estilo de país pobre, le pidió a Lula que le otorgara chapas de zinc y no supo dar una utilización concreta para el material solicitado.
Ante todo esto, dos destacados siquiatras uruguayos, realizaron una evaluación del candidato a la presidencia de la República por el Frente Amplio.
Por razones obvias nos reservamos el nombre de los profesionales, pero cualquiera pude consultar este tema con algún siquiatra que le responderá lo mismo.
Trastornos de personalidad
Los trastornos de personalidad, son desviaciones graves de la formación de la personalidad.
Los antisociales se caracterizan y se identifican del punto de vista síquico, por el uso de defensas yoicas patológicas.
Las defensas yoicas, son aquellas que estructura el yo para defenderse de las agresiones de lo externo.
Así estos trastornos, diferente a los neuróticos, usan la escisión, la identificación proyectiva y fundamentalmente la actuación.
La escisión corresponde a la ideación que todo es totalmente bueno o malo, no reconociendo términos medios, es así que son rígidos.
La identificación proyectiva, es aquella que se identifica con el opuesto y continúa atacándolo en una forma de auto digerirse.
Estas defensas son muy arcaicas en Mujica y radican en las etapas más tempranas de su vida.
Tenemos en el candidato a presidente por el Frente Amplio, la expresión clara de un trastorno de personalidad antisocial, donde registra en su historia conductas claramente antisociales de violencia; expresados en robos, secuestros, planes para eliminación de personas, ideación para cometerlos con una manifiesta violación de las normas civiles y penales.
Actualmente eso lo sublima en el ansia de poder, como lo han hecho otros personajes de la historia, también con trastornos de personalidad, que encontraron en el poder, su realización.
En el caso de consulta sobre José Mujica debemos considerar lo orgánico, ya que es diabético insulino dependiente, con los trastornos que esta enfermedad causa, además de una internación pasada para realizarle hemodiálisis, debido a una insuficiencia renal aguda. Todo esto tiene consecuencias orgánicas, en especial en el cerebro, ya que los elementos injuriantes son neurotóxicos.
Es importante, entonces, poder visualizar el personaje que hoy nos motiva el análisis: Es un hombre que dado su desvío de personalidad, no es confiable. Su intención personal es “meterse bajo la piel de los demás” y comparte este deseo con sus rasgos histericoides, y lo desarrolla en forma burda, procurando agradar pero entonces la empatía es mala.
Presenta un cuadro de deterioro manifiesto, que se revela en los desordenes del juicio, en la incongruencia de sus dichos, en la memoria, dado que olvida con facilidad, en medio de sus arrebatos agresivos, con una intolerancia marcada a la confrontación con el personaje.
No tolera la discrepancia y se transforma en despótico con una postura dramática y teatral cuando hace sus apariciones en público.
Omnipotente y violentista; es posible que en el poder, arrase con las normas establecidas y con el manifiesto sesgo “guebeliano”, se imponga despóticamente a las personas que no piensen como él.
Al referirse a su pasado violento, no admite sus errores, sigue definiendo sus robos como “expropiaciones” y los asesinatos como “ejecuciones”.
Trata de afirmarse con discursos grandilocuentes, edulcorados y con promesas que no sabe si podrá cumplir, porque ni puede explicar bien lo que hizo en el pasado y menos lo que hará en el futuro. (Al dejar el cargo de ministro de Ganadería, ante la pregunta sobre lo que había hecho en su gestión, respondió: “Nada” y eso está escrito en todos los medios).
Esto es sólo una pequeña parte de un extenso estudio profesional sobre el perfil siquiátrico de José Mujica.