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La limpieza de los Centros de Salud, una prioridad por el bienestar común
Los gérmenes y los virus no se pueden evitar, pero los centros de salud deben estar especialmente atentos para controlarlos, y si no se toman las medidas adecuadas para evitarlos, la contaminación cruzada en los hospitales y otros entornos de atención médica puede poner en mayor riesgo al personal y a los pacientes.
La Propagación de bacterias y otros patógenos es particularmente preocupante para las personas con sistemas inmunológicos comprometidos, por lo que es fundamental contar con protocolos de limpieza que mitiguen adecuadamente la amenaza de contaminación cruzada.
Los expertos de limpieza se centran en el paciente teniendo en cuenta la prevención de la contaminación cruzada. Utilice estos tres consejos de nuestros especialistas en limpieza ambiental para ayudar a prevenir la contaminación cruzada en su centro de atención médica:
Usar los suministros de limpieza y saneamiento adecuados
Para evitar que las bacterias dañinas se propaguen, su personal necesita saber la diferencia entre limpiar, desinfectar y desinfectar. También necesitan tener los suministros de limpieza adecuados para hacer el trabajo correctamente:
Paños de microfibra. La microfibra hace un trabajo mucho mejor de recoger la suciedad, los escombros y los gérmenes que los materiales de limpieza tradicionales. Una combinación de agua limpia, un detergente comercial y un paño de microfibra es ideal para la limpieza básica de superficies.
Desinfectante de grado hospitalario. Una vez que se ha limpiado una superficie o un elemento, se puede desinfectar. Las instalaciones de atención médica deben usar desinfectantes de grado hospitalario para prevenir la contaminación cruzada.
Desinfectante de manos con alcohol-gel. Mantener un desinfectante para manos a base de alcohol ampliamente disponible en todo su centro de salud puede ayudar a detener la propagación de gérmenes del contacto de las manos con la superficie, las manos con las manos y con la boca.
Además de utilizar los suministros adecuados, mantener separados los materiales sucios y limpios y seguir los procedimientos de lavado adecuados también son fundamentales para reducir el riesgo de contaminación cruzada en los entornos sanitarios.
La limpieza en Centros de Salud previene virus y bacterias
Programar la limpieza ambiental de rutina
La limpieza, desinfección y desinfección regulares ayudan a controlar los virus y las bacterias antes de que se propaguen de una superficie o habitación a otra. Los artículos y superficies que se tocan con frecuencia son más propensos a la contaminación y, por lo tanto, requieren una limpieza más frecuente y exhaustiva. Todo el personal debe estar capacitado en protocolos básicos de limpieza para entornos de atención médica, especialmente en áreas de alto contacto, para minimizar el riesgo de contaminación cruzada.
Las superficies de alto contacto en entornos de atención médica incluyen:
Manijas de las puertas
Rieles de cama
Mesillas de noche
Grifería para baño
Asientos de inodoro y asas de descarga
Teléfonos
Botones del ascensor
Dispensadores de desinfectante de manos
Fomentar la higiene adecuada de las manos entre el personal
La higiene adecuada de las manos es el componente más simple, pero quizás el más importante, de la prevención de la contaminación cruzada en las instalaciones sanitarias. La higiene adecuada de las manos consiste en unos pocos y sencillos pasos:
Mójese las manos con agua.
Aplique jabón, espuma y frote vigorosamente durante al menos 20 segundos.
Preste atención a todas las superficies de las manos, incluyendo las uñas.
Enjuague bien y seque las manos con un paño limpio, un secador de aire o una toalla desechable.
Ponga fin a la propagación de gérmenes y virus asegurándose de que su personal se lava las manos de la manera correcta y en los momentos correctos. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la higiene de las manos en las instalaciones de atención médica debe realizarse en las siguientes situaciones:
Antes de comer.
Antes y después del contacto con la piel del paciente.
Antes de trasladarse a un lugar limpio del cuerpo después del contacto con un lugar contaminado.
Después de usar el baño.
Después de quitarse los guantes.
Después del contacto con cualquier objeto inanimado cerca de un paciente.
En caso de contacto con fluidos corporales o con la piel rota.
Después de vendar una herida.
Aunque su personal desempeña un papel crucial en la prevención diaria de la contaminación cruzada, también se recomienda que las instalaciones de atención médica se asocien con un proveedor de limpieza ambiental experimentado con procedimientos de limpieza documentados diseñados para reducir el riesgo de contaminación cruzada.