Hace mucho que hemos descentrado al sujeto, pero la modernidad sigue hincada en nuestras vidas. Vidas vestidas de una posmodernidad ficticia y de una posposmodernidad nostálgica y sin cabida.

Debemos diseñar un nuevo discurso (un nuevo mundo) que nos libere y erosione esa tensión, esa interrelación dialéctica entre la dialéctica objetiva y la dialéctica subjetiva, esa demarcación semántica que trama la “realidad”, la realidad de un discurso de mundo que ya está caduco, de un constructo teórico-disciplinario que nos asfixia para convertirnos en sujetos-jurídicos, esclavos de un sistema basado en el dinero, la opresión, la desigualdad, el terror, la religión, las ideologías y la mentira. Un discurso agenciado por pocos con una univocidad interpretativa orientada, lineal y repetida – como diría Foucault -.

Hace mucho que hemos descentrado al sujeto, pero la modernidad sigue hincada en nuestras vidas. Vidas vestidas de una posmodernidad ficticia y de una posposmodernidad nostálgica y sin cabida

Una manipulación constante de izquierda, centro y derecha que solo busca sostener este sistema de exclusión basado en el añejo Estado burgués que se perpetúa en las Instituciones, en nuestra reproducción inconsciente y/o consciente de sus valores.

Lo bueno es que ya llegó el sol!

Vení a diseñar la nueva humanidad.

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