Contrariamente a lo que había anunciado horas antes de conocerse el resultado de las elecciones primarias del Partido Nacional, Larrañaga no se tomó ni un día para aceptar el ofrecimiento del ganador de las mismas, el Dr. Lacalle, de acompañarlo en el cargo en la fórmula para vicepresidente en las elecciones presidenciables del 25 de octubre próximo.

Si bien Larrañaga había declarado horas antes que no había apurto en definir la fórmula y había que analizar los resultados de las internas primero y además había elaborado un discurso alejándose de las medidas propuestas por el Dr. Lacalle, Larrañaga cambió de rumbo y decidió de inmediato el ofrecimiento realizado por el ganador de las internas en discurso realizado en la Casa del Partido Nacional en presencia de todo el directorio blanco.

Larrañaga no se tomó ni un día para aceptar el ofrecimiento del ganador de las mismas, el Dr. Lacalle, de acompañarlo en el cargo en la fórmula

La sorpresiva decisión, fué aplaudida por los presentes, pero Larrañaga deberá explicar con mayor profundidad a muchos de sus allegados la misma, ya que Larrañaga representaba "el cambio" dentro del Partido Nacional, mientras que Lacalle representa el ala más conservadora del mismo.

Larrañaga puso una condición un tanto poética a esta aceptación y fué la de definir la misma como el inicio de una revolución dentro del Partido Nacional, como forma de disminuir los efectos de este acercamiento a la figura de Lacalle que representa lo contrario a lo que venía pregonando el líder de Alianza Nacional.

La sorpresiva decisión, fué aplaudida por los presentes, pero Larrañaga deberá explicar con mayor profundidad a muchos de sus allegados la misma