El Viejo Paso- Landín 2009

Creo que hoy día estamos bombardeados de pseudo noticias, y se supone que estamos informados cuando sabemos que un señor de pronto enloqueció y mató a su ex mujer y a sus hijos en un barrio modesto de la periferia de la capital, cerca de donde vivo. Esa "información chatarra" tiene mucha, mucha grasa. A similitud de ciertas cadenas de comida rápida, su ingesta diaria eleva los niveles del colesterol malo del espíritu a valores alarmantes.

-¿Es saber algo más cuando un señor presuntuoso y diz que sabedor nos mira fijamente y nos dice que en el barrio el hoy asesino era considerado un buen hombre? ¿Somos más libres cuando nos enteramos de que la droga tendría algo que ver con esto?

No creo, francamente, que ver a un ser humano, o varios, muertos, tapados o destapados, y conocer el detalle sangriento sea estar informado. Al mismo tiempo, no sabemos, o no tenemos la seguridad de saber, si realmente el delito ha bajado o subido en el último año, ya que a los gobiernos les encanta manejar los numeritos, y tienen para ello sus expertos.

A ojo de buen cubero, parece que este exhibicionismo es para vender mejor el medio. En el programa de la mañana, conducido por simpáticos chicos y chicas que accedieron al medio seguramente por sus grandes méritos personales (vi un programa donde uno de los chicos se jactaba de haber ido un año a estudiar periodismo, y el otro reconocía que nunca había ido, ante cámara). De pronto hay otras consideraciones, o se pretende hacerle un bien al público.

Podrían decir: "las cosas pasan, nosotros meramente nos limitamos a mostrarlas" "Si se impidiera esto, se estaría censurando"

Lo que no se dice es que en el poderoso resonador de un medio televisivo, a ese muerto lo potencian, lo magnifican, lo transforman en muchos muertos; el asunto de la información no es solamente qué, también, y especialmente, es cómo.