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“Participar en el juego de la democracia liberal no significa estar de acuerdo con ella". Frase de José "Pepe" Mujica, candidato a presidente por el Frente Amplio. ¿Es ésta la definición de un demócrata?
Uruguay, uno de los pueblos más cultos de América, con una de las tasas más altas de alfabetización, parece haber entrado en un estado de hipnosis inexplicable, detrás de la figura de un personaje que nada tiene que ver con la gran cultura de ese pequeño y hermoso país sudamericano.
José (Pepe) Mujica, habla mal intencionadamente, se enoja a menudo con los periodistas a los que destrata en forma inexplicable cuando una pregunta lo pone en aprietos y tiene el agravio siempre a flor de labios para sus adversarios políticos y para todos quienes no comulguen con sus ideas.
Con un pasado de guerrillero dentro del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, surgió en Uruguay en la década de los sesenta, para atentar contra la democracia, con una serie de robos, asesinatos y secuestros, que trajo como consecuencia de sus acciones, un golpe militar en 1973, con la excusa de combatirlos.
Eran jóvenes con ideas pro castristas y pensaron en hacer la revolución en un país que no lo necesitaba, bastaba acudir a las urnas en la próxima elección democrática, para cambiar el gobierno.
Pero como no contaban con el apoyo del pueblo, que volvió a votar en contra de lo que los Tupamaros querían, siguieron atacando al nuevo gobierno elegido democráticamente, para tratar de obtener el poder por medio de las armas. Los militares les ganaron de mano; los Tupamaros les dieron el pretexto con sus acciones guerrilleras.
En una entrevista concedida al periódico argentino, La Nación, Mujica señaló: “Yo en la justicia no creo un carajo”.
En otra oportunidad dijo públicamente que era necesario traer ciudadanos de otros países de América para trabajar en las tareas del campo: “A los uruguayos ni en pedo (borrachos) los llevas a trabajar la tierra”. Aunque sea paradójico el gobierno de su partido, otorga subsidios económicos a miles de desempleados a quienes se les ofreció trabajo y no aceptaron porque tienen el “regalo” que les otorga el Estado. La oposición reclamó que si no querían trabajar les quitaran el subsidio, que se paga con los impuestos de quienes si trabajan, pero el gobierno prefiere no perder votos antes que ser justos con la población trabajadora.
Mujica es un defensor a ultranza de la ETA española, con la que mantuvo contactos, incluso, cuando volvió la democracia al Uruguay y él fue liberado, no vaciló en montar una serie de asonadas, intentando detener con violencia un pedido de la Justicia española, para extraditar a cuatro etarras detenidos en Montevideo.
Una de sus famosas frases resume su pensamiento: “Participar en el juego de la democracia liberal no significa estar de acuerdo con ella", o la de su esposa, Lucia Topolansky ex líder guerrillera y candidata a primera dama, cuando recuerda los asesinatos de los Tupamaros: "...en caso de las ejecuciones, por ejemplo, hicimos un estudio pormenorizado de la persona y de las razones por las que debía de ser ejecutado".
Tiene momentos donde responde con sinceridad, no se sabe si es por desvarío propio de la edad, (75 años) o porque se siente inmune a las críticas. Cuando abandonó su cargo de Ministro de Ganadería del actual gobierno, un periodista le preguntó qué había hecho durante su gestión y contestó resumiendo su respuesta en una sola palabra: “Nada” y no mentía, no hay nada por el que se le pueda recordar en esa labor ministerial, salvo el “invento” que acordó con los frigoríficos cárnicos para vender a bajo precio, el tristemente célebre “asado del Pepe”, una suerte de huesos con algo de carne, incomible, que las clases más bajas de la población despreciaron.
Declaró en un libro sobre su vida tantas incongruencias, que hasta su compañero de partido y actual presidente de la República, Tabaré Vázquez, debió salir al cruce de sus declaraciones y expresar públicamente: “Mujica dice estupideces”.
Un estudio sobre su perfil siquiátrico, despertó conmoción entre los uruguayos
Su compañero de fórmula, el candidato a vicepresidente, Danilo Astori, había dicho el 16 de junio de 2009, cuando ambos disputaban el voto en la interna izquierdista, refiriéndose a la idea de Mujica sobre la economía a implementar en caso de ganar: "es el caos total, el fracaso total".
Las justificaciones de parte de ese pueblo uruguayo que cayó en estado hipnótico, pueden parecer insólitas para quien los mira y escucha desde afuera.
Si Mujica y sus compañeros asesinaron inocentes civiles en su época de guerrilleros, que está comprobado lo hicieron, eso se les perdona sin objeciones; con toda seguridad la culpa es de los muertos. Así de fácil y simplista es el pensamiento de sus fanáticos.
Si Juan Carlos Bengoa, el principal hombre de confianza de Danilo Astori, su compañero de fórmula, está actualmente en la cárcel procesado por una de las mayores estafas en la Intendencia Municipal de Montevideo, no importa para sus fanáticos que ni siquiera vislumbran “algo raro” en la inexplicable defensa de Astori a Bengoa, siendo que la Justicia comprobó sus delitos. A ninguno de estos seguidores se le ocurre pensar que lo defiende, tal vez por aquello de “robar para la corona”.
Si este hecho delictivo lo hubiera cometido algún político adversario, lo estarían colgando de una soga en una plaza pública de Montevideo.
Alejandra De Mello -esposa del senador frenteamplista y ex tupamaro Eleuterio Fernández Huidobro y coordinadora de la empresa de limpiezas Clanider S.A., que presta funciones en el Hospital Maciel de Montevideo donde se comprobó una sobre facturación de millones de pesos en horas de trabajos de limpieza que nunca se realizaron y donde también se verificó que los empleados eran obligados a limpiar la casa de la suegra de Fernández Huidobro, computándose esas horas de trabajo al hospital Maciel, o sea al Estado uruguayo.
El tema pasó a la Justicia, y las pruebas son irrefutables, pero los “hipnotizados de Mujica”, dan vuelta la cara como si nada pasara, no les importa que roben, les otorgan carta blanca para cometer delitos. Una extraña forma de entender la justicia.
La inseguridad ciudadana se ha triplicado, robos, asesinatos de personas por parte de la delincuencia, que el gobierno de izquierdas no pudo frenar y Mujica, tampoco tiene idea de cómo hacerlo si llega ser presidente ya que hoy es senador del actual gobierno y no aporta ni una idea y nada se ha hecho para detenerla.
La locura parece contagiosa, en el programa televisivo. “Código País” emitido este 21 de octubre por canal 12, Astori confirmó que la dirección de las cárceles pasará a manos del Ministerio de Educación y Cultura, un despropósito que explica la confusión que impera en el comando frenteamplista.
Si usted es un viajero que llega de visita a Uruguay en estos días, verá a estos fanáticos que cayeron en manos de esta suerte de “iluminado”, que los arrastra detrás de si como los líderes de las sectas suicidas.
Para su información, es fácil reconocerlos, andan todo el día corriendo de un lado a otro y agitando una banderita de tres colores, rojo, azul y blanco; no trate de preguntarles las razones de su fanatismo, le darán respuestas que nada tendrán que ver con lo que usted preguntó, lo dejarán con la palabra en la boca y seguirán corriendo mientras agitan como poseídos la banderita.