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Al descartar la opción militar en Libia, la comunidad internacional pone todas sus esperanzas en una solución política, que los expertos consideran difícil de alcanzar en este país sumido en el caos.
Estas esperanzas recaen en el representantes de Naciones Unidas en Libia, Bernardino León, quien, con un optimismo prudente, indicó que se podría alcanzar un acuerdo "pronto", ya que "las diferencias entre las partes no son insuperables". En unas declaraciones ante el Consejo de Seguridad de la ONU, León abogó por "un gobierno libio de unidad" para terminar "con el terrorismo en Libia".
Más de tres años después del derrocamiento de Muamar Gadafi, con la participación de países como Francia, Estados Unidos y Gran Bretaña, Libia vive sumida en el caos. "Numerosos obstáculos" vuelven "casi imposible la perspectiva de un diálogo y un gobierno de unión", opina el analista libio Mohamed El Yareh. Este acuerdo parece "difícil, pero no imposible", estima por su parte Claudia Gazzini, experta del International Crisis Group.
El enviado de Naciones Unidas debe ante todo resolver un rompecabezas: encontrar los buenos interlocutores en un país dividido y bajo la influencia de decenas de milicias opuestas por intereses políticos, tribales, religiosos e incluso criminales.
En Libia, "cada región y tribu quiere hacerse oír. La comunidad internacional tiene que dar seguridad a cada parte y hacerle entender que todos tienen cabida en una nueva Libia", señala Saad Djebbar, un experto residente en Londres.
Desde el lanzamiento del proceso de diálogo en septiembre de 2014, León no ha conseguido, sin embargo, reunir a los principales protagonistas de la crisis alrededor de una misma mesa.
- "Alas duras" -
Su mayor éxito fue lanzar la semana pasada una serie de negociaciones "indirectas" entre los Parlamentos de las dos coaliciones armadas, que se disputan el poder y las riquezas de este país petrolero.
La primera coalición está liderada por el controvertido general Jalifa Haftar y cuenta con el apoyo del Parlamento y del gobierno reconocidos por la comunidad internacional. Estos últimos tienen sus sedes en el este del país.
Frente a ellos, la coalición de milicias Fajr Libya (Amanecer de Libia) se hizo con el control el pasado verano de Trípoli, donde instalaron un gobierno paralelo y mantienen en funciones al anterior Parlamento.
Los especialistas alertan de que cualquier intento de diálogo será en vano, si Fajr Libya y las fuerzas de Haftar no se reúnen. Pero, hasta el momento, las "alas duras" de ambos bandos rechazan conversar con sus adversarios.
"Es muy difícil", estima Jaled Al Hech, analista libio. Para este experto, una solución sería "ofrecer a Haftar el puesto que desea, el de jefe supremo de las fuerzas armadas libias". "En contrapartida, él sacrificaría el gobierno de Abdalá Al Theni [reconocido por la comunidad internacional] para formar el gobierno de unidad reclamado por la ONU", añadió.
La comunidad internacional pudo haber solicitado al Parlamento con sede en el este apartar a Haftar "de la primera línea", reveló este semana el diputado Tarek Al Jerushi, quien participó en una reunión en Túnez con diplomáticos occidentales y de Naciones Unidas.
En el estado actual, el general Haftar es "un obstáculo" para lograr una solución política, destaca Ibrahim Al Karaz, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Trípoli.
- 'Injerencias' extranjeras -
Este profesor universitario critica, además, el papel nefasto desempeñado por los países de la región en el conflicto libio. "Egipto y el resto de países deben poner fin a cualquier injerencia en los asuntos libios", dijo Karaz, para quien esta "intervención extranjera" complica todo el proceso político.
Según los expertos, la coalición de Haftar cuenta con el apoyo de Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí, mientras que Catar y Turquía apoyan a Fajr Libya. "Estos países están encendiendo la mecha", precisa Djebbar.
En este contexto, los países occidentales, preocupados por el auge de grupo yihadista Estado Islámico (EI), deben mostrarse prudentes. Para Claudia Gazzini, "la comunidad internacional debe continuar concentrada en el apoyo a los esfuerzos de diálogo. Y resistir a los llamamientos a levantar el embargo de armas", reclamado el miércoles por el gobierno libio reconocido y sus aliados árabes, entre ellos, Egipto.