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Bienvenidos a la era del divorcio, ¡Si todo se pudiera hacer con normalidad y en paz! sería así, lamentablemente el egoísmo de las personas hace que todo se transforme en una pesadilla, cuando debería ser una cosa normal
Un día decidimos casarnos y otro buen día decidimos separarnos. ¿Cual es la diferencia? Con gran algarabía, bombos y platillos nos hemos unido en matrimonio a la persona con la cual pensamos ser felices por siempre, sin saber a lo que nos estábamos exponiendo, solo creyendo en la persona y en el amor.
Al cabo de una punta de años, conociéndonos bien decidimos separarnos en medio de un gran desastre, peleas y desacuerdos.
Os propongo una receta mejor, "El buen divorcio" con bombos platillos y fiesta, bueno, no tanta fiesta, pero por lo menos un acuerdo pacífico, acorde a las circunstancias, regalándonos el uno al otro nuestra querida libertad.
¿De que sirve pretender someter a una persona a nuestro lado con un boleto de compra y venta, como si fuese nuestra propiedad, en más de una ocasión no es tanto el amor lo que mantiene a un matrimonio unidos sino el orgullo.
Un día decidí separarme con mi ex, después de 35 años juntos, no es poca cosa para una pareja como lo eramos nosotros. No eramos precisamente de aquellos que se conocen de adolescentes y se aman toda la vida hasta la longevidad.
No, no es nuestro caso, nos soportamos bastante hasta criar a nuestros hijos, ¿para que más? Después de todo, cometimos infinidades de errores, pero en algo estuvimos de acuerdo, una en la crianza de los hijos y en darles todo el amor que ellos se merecían y la otra en separarnos armoniosamente.
¿Que mejor regalo le puedo dar que vivir una vida sin mi? y viceversa, por supuesto. Sin orgullos, sin machismo, si egoísmos inútiles y depravados.
Me toco hace un tiempo conocer a una mujer, 55 AÑOS, lo pongo con mayúscula para resaltar lo loco de la cuestión, los hijos ya grandes, es decir; mayores de edad. El marido celoso la volvía loca, al punto que se tuvo que ir de la casa sin nada y como si fuera poco soportar todas las amenazas de muerte y etcéteras, etcéteras del "marido".
No se entiende esto, ¿Que sentido tiene obligar a una persona a permanecer junto a uno, si el amor ya terminó?
Con mi ex esposa hemos decidido en paz y armoniosamente separarnos, colaborando el uno con el otro, sin peleas, ni fricciones. Regalarnos el uno al otro la libertad de vivir el resto de vida que nos queda de la mejor manera que a cada uno le plazca.
Bueno, no suena muy convincente a los aferrados a alguna religión o a quienes todavía creen que son la familia Ingals, pero para mi que soy un ciudadano común y corriente, con todas las debilidades que puede tener cualquier mortal, suena perfecto. Y para mi ex también, la veo contenta. Uff ¡Que peso se saco de encima!