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A un niño con dolor de oídos se lo reconoce fundamentalmente porque cuando se aprieta el mismo, realiza como mínimo un gesto de rechazo durante la presión. Generalmente puede venir acompañado de fiebre, llanto e irritabilidad. El dolor de oídos en un niño o en un bebé, puede deberse a una infección o irritación del conducto auditivo externo quizá por haber pasado un hisopo de algodón o por la presencia de champú que haya quedado en el oído.
Si el niño está resfriado o por caer en esta dolencia, seguramente tenga otitis media donde quizá se pueda presentar junto a secreciones sanguinolentas o purulentas y duran un período de entre cinco y diez días. Es normal que luego de aparecer el pus, el dolor ceda. La presencia de otitis media siempre requiere que lo examine un médico.
En caso de observar un oído que supura y el niño se encuentra perfectamente bien, no hay que alarmarse porque se puede tratar de agua de baño que ha entrado en el conducto auditivo y ablanda el cerumen de tal forma, que se licua y se asemeja al pus. Si se ve una mancha de color sanguinolento sobre la almohada, también es probable que se deba al tapón ceruminoso ablandado que salió al exterior.
Consejos para aliviar el dolor de oídosEn caso de que se presenten otro tipo de síntomas como fiebre alta, mareos, dolor de cabeza, irritabilidad, llanto continuo, inflamación de la zona o debilidad de los músculos de la cara, es conveniente acudir al médico de forma inmediata quien llevará a cabo el examen correspondiente para evaluar la situación.
Prevenciones a tener en cuenta para los oídos
Cuando se realiza la higiene de las orejas, hay que tener la precaución de limpiar solamente la parte visible del conducto auditivo de forma suave y con un hisopo de algodón ya que, si se mete más puede perjudicar el proceso de autolimpieza del conducto auditivo. A saber que la mucosa de las vías respiratorias y del conducto auditivo, poseen el mismo nervio y una limpieza demasiado profunda puede dar lugar a irritación que a su vez provoca estornudos o tos.
No se debe fumar en presencia de los niños ya que está demostrado las múltiples infecciones que causa el humo del cigarrillo. También es importante tomar medidas para las posibles causas de aparición de alergias, así como también cuidar a los niños de los ruidos fuertes.
Para concluir el artículo hay que citar que, en caso de observar que el niño se refriega varias veces la zona de la oreja con la mano, puede ser que tenga algún trastorno bucal y absolutamente nada en los oídos.
Gabriela Nari | Editora de Suhijo.com
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