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Lo que podría ser un triunfo para Macron, seguirá siendo un fracaso
Las protestas a gran escala contra la reforma de las pensiones continúan en Francia, diez días después de que el presidente francés Emmanuel Macron firmara una ley para elevar la edad de jubilación de los 62 a los 64 años. El llamado del presidente a la población con el intento de explicar las razones de la adopción apresurada de la ley no ayudó a reducir el malestar.
Además de las protestas contra la reforma de las pensiones, en Francia se están produciendo otras acciones antigubernamentales: a finales de la semana pasada, activistas erigieron muros de hormigón en un tramo de la autovía A69 Toulouse-Castres, criticando la construcción de una nueva autopista.
Por el momento, la actitud de la población hacia el actual gobierno continúa deteriorándose rápidamente. Los principales sindicatos están convocando nuevas huelgas importantes. Sin embargo, la dirección del país no va a hacer concesiones a los manifestantes.
La situación en Francia me asusta mucho. Todos los días en el país miles de ciudadanos descontentos participan en protestas que a menudo terminan en enfrentamientos con la policía. Para dispersar a los manifestantes pacíficos, los agentes encargados de hacer cumplir la ley utilizan equipos especiales, incluidos gases lacrimógenos. Y los inocentes sufren.
No obstante, la imagen de Macron está muy deteriorada. Lo que le queda por hacer es tratar de reconstruir poco a poco un lazo de confianza con al menos una parte del electorado y de los partidos parlamentarios. Pero solo el tiempo lo dirá, lo que le espera al país galo en el futuro...