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Un niño que jamás es acariciado se Muere. Nosotros, posiblemente también. C a r i c i a s UNA NECESIDAD VITAL
H ay señales de cariño o respeto que abarcan desde el saludo amable del vecino hasta la aprobación del jefe por un trabajo bien hecho. Sin estas múltiples caricias universales que damos y recibimos constantemente, todos viviríamos en una soledad tan espantosa que se haría intolerable. Sin embargo, queremos algo más. No sólo símbolos, sino contactos reales, piel sobre piel. Necesitamos que alguien ponga su brazo sobre nuestro hombro, nos preste su pecho para recostarnos, nos pase su mano sobre nuestro pelo, y que nos diga con gestos que nos quiere. En el amor la necesidad de dar estas caricias es tan grande como la de recibirlas. Las caricias son uno de los elementos que más une a la pareja. Llegado el caso, la relación podría sobrevivir sin coito –y de hecho, muchas parejas pasan largas temporadas sin realizarlo, por ejemplo durante un embarazo difícil o una enfermedad- pero nunca sin caricias, como expresión de amor y apoyo mutuo
SIN CARICIAS, LA PAREJA NO SOBREVIVE Estas caricias tienen su fin en sí. Van más allá del deseo sexual. Tienen otro valor emocional si uno de los dos sólo acaricia al otro como preludio a la relación sexual. Ellas suelen estar presentes en el acto sexual propiamente dicho. Es más, éste no sería agradable si no fuera precedido y acompañado por las caricias íntimas. Ir "directamente al grano" –a los órganos sexuales- no suele ser el mejor principio. Los investigadores Masters y Johnson confirmaron, a través de sus pruebas, que las caricias no directamente sexuales son necesarias, porque inspiran confianza y hacen que la pareja se sienta más relajada.
CARICIAS DE HOMBRE A MUJER Una vez conseguido un buen ambiente emocional, el hombre puede ir acariciando distinta partes del cuerpo de la mujer... Con estas caricias los órganos genitales de la mujer empiezan a prepararse: la creciente excitación hace que la vagina se ensanche y lubrifique. ♀ Los dedos son los principales protagonistas de este amoroso acercamiento. Cuando el hombre los usa para acariciar la vulva y frotar el clítoris, notará que el área ya está húmeda. Si los alrededores del clítoris aún estuvieran secos, puede probar otras formas para lograr una buena lubricación: besos y otros toques mágicos y creativos librados a la imaginación. A muchas mujeres les gusta que la estimulación sea muy continua, sin desviaciones a las zonas laterales. Otras no soportan la presión directa sobre el clítoris y prefieren caricias más generales. También las hay que disfrutan con caricias más profundas y enérgicas. Lo más acertado es preguntar qué le gusta; y ello se puede hacer buscando los gestos de aprobación, no sólo las palabras. La mujer misma le indicará al hombre cuándo desea la introducción del pene (si la desea). Es equivocado pensar que ella puede tener un orgasmo impositivamente. El momento en que lo logre no altera "las reglas de la comunicación sexual" aunque algunas parejas desean que ello suceda al unísono y durante el coito, como si eso fuera sinónimo de "quererse mejor". Puede ser antes, durante o después del coito. Las caricias sexuales son buenas en cualquier momento, y en cualquier momento pueden llevar el clímax.
CARICIAS DE MUJER A HOMBRE Los hombres suelen ser diferentes en su respuesta sexual y pueden llegar a eyacular sin mediar caricia alguna. Pero ¡cuánto se pierden con una relación tan directa y poco elaborada! Y es que también el hombre es un ser sensible a las caricias. La mujer puede tocarle las mismas partes que él a ella, hasta terminar en los órganos sexuales masculinos. Si ella lo acaricia con suavidad, él sentirá sensaciones muy agradables. Son muy sensibles y hay que tener cuidado de no realizar ademanes bruscos. La mujer también puede realizar movimientos lentos o apretar el pene entre ambas manos. Muchos hombres son muy sensibles a las caricias que se realizan en el extremo inferior de la espalda, donde empiezan las nalgas, y también en la zona anal, aunque otros no las soportan. También en este caso lo mejor es averiguar. Todas las caricias descritas también se pueden efectuar no sólo con las manos sino también con la boca y la lengua. El propósito es siempre aumentar el placer y la diversión en la relación amorosa.