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Durante la pasada Navidad un amigo mio tuvo que padecer una seria operación en un hospital de Jaen y le asombro oír que en la habitación vecina a la suya alguien no cesaba de cantar villancicos…
Pregunto a la enfermera: ‘ ¿Quien es ese tonto?’ .
Y la enfermera, con rostro de complicidad, respondió: ‘ ¿Por que lo pregunta: porque canta? Si yo le contara que el otro día, cuando le operamos, se durmió con la anestesia cantando un villancico y cuando volvió en si, seguía aun cantándolo… ’ . Y luego añadió: ‘ No se preocupe, ya le conocerá’ .
Y, efectivamente, pronto mi amigo le conoció.
Sintió que alguien llamaba a su puerta y que en ella aparecía alguien en una silla de ruedas, con la parte inferior del cuerpo tapada con una manta y los brazos a la espalda, y entraba preguntando: ‘ ¿Quien es aquí el que va a ser operado?’ .
Cuando le respondieron, añadió el hombre del carrito: ‘ Ah, no se preocupe, las operaciones no son nada.
Te llevan a una habitación en la que todo parece un carnaval: todos, menos el enfermo, van tapados con mascaras; te duermen y cuando te despiertas ya esta todo hecho. Además, por mucho que le hagan, mas me han hecho a mi’ .
Y, diciéndolo, enseño sus brazos: el derecho estaba cortado por el codo y el izquierdo parecía cortado por la muñeca, con una especie de muñón convertido en dos dedos deformes y gordísimos. ‘ ¿Ve Ud.? -añadió- Pues yo tan contento’ .
Y luego, retirando la manta que cubría su parte inferior, añadió sonriendo: ‘ Ahora vamos a mostrarle a Ud. mi carnet de conducir, de primera especial’ .
Y vimos sus dos piernas cortadas por la rodilla. Y le oímos añadir con asombro: ‘ El resto de las piernas lo tengo en la cama para que descanse un rato’ .
Reflexión:
Basta tener la fuerza de vivir suficiente, y la fe en Dios para seguir adelante a pesar de nuestras limitaciones.
¡Qué ejemplo maravilloso para estos tiempos que vivimos en que nada nos satisface! Incluso teniéndolo todo para ser felices, no lo somos; porque falta lo esencial: Dios en nuestra existencia.
Nada se pierde si sabemos aprovechar las ocasiones de darnos por entero a las buenas obras de este mundo.
Fuente: M.E. Winston Pauta Avila