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El reencuentro de un gran dúo en Buenos Aires
Eran tiempos del Mayo Francés, Revoluciones y Guerra Fría, cuando en el Norte, Woodstock mediante, Bob Dylan “golpeaba las puertas del Cielo”, The Who “hablaba de su generación” y Joan Baez se solidarizaba con las causas del Tercer Mundo. Mientras tanto, en la cultura del Sur –“entre citas de Borges, Evita bailaba con Freud” diría don Joaquín–, surgían figuras que posteriormente ganarían renombre y prestigio en las naciones europeas y del Commonwealth. En los escenarios de estos países, se presentaban como los referentes de una cultura rescatada del olvido, de la conjunción y suma de quinientos años de “colonización” americana y el resurgir de culturas precolombinas, que dieron fundamentalmente en la música, sin desmedro de otras artes, sus mejores exponentes. Así, con la aparición de gobiernos autoritarios y la necesidad del exilio forzado, hoy Europa y países como Australia, conocen y respetan –en algunos casos, casi, más que en sus propios países– a figuras como Zitarrosa, Jairo, Raúl Barboza, Tata Cedrón, u otros como Ariel Rot –por ejemplo, a quien las generaciones más jóvenes de España no dejan de conocer–, “hijos del exilio”.
Uruguay no estuvo exento de ello y sus artistas populares se esparcieron por el mundo cuando se estaba plasmando lo que se daría en llamar el Canto Popular Uruguayo. Entre sus máximos exponentes se encontraban Alfredo Zitarrosa, Washington Benavides, Numa Moraes, José Carbajal, Aníbal Sampayo y, entre otros, Los Olimareños, dúo conformado por Pepe Guerra y Braulio López. Con el regreso de los gobiernos democráticos, algunos de ellos volvieron a su terruño y el dúo Los Olimareños, luego de varias presentaciones cargadas de emoción ante un público vibrante, anunciaron su separación definitiva. Hoy, como las “grandes agrupaciones internacionales”, el dúo vuelve a reunirse, convocando multitudes, para conmemorar clásicos de una época pasada, para muchos ya clásicos de la música popular rioplatense, con letras propias o de otros autores como, el recientemente desaparecido escritor y poeta, Mario Benedetti. Así, en ambas orillas, Los Olimareños vuelven a sonar y dar que hablar, al compás de tamboriles, guitarras y voces de contrapunto. La cita en Buenos Aires no se hace esperar, y aporta a la cultura local de tangos y milongas, un toque de lo mejor de la orilla oriental y el próximo sábado 13 de junio, ni más ni menos que en un escenario tan caro para la ciudad, del Obelisco y la calle Corrientes, como es el Luna Park. Única presentación para quien quiera rememorar algo de “aquello” o bailar al ritmo de las milongas orientales, los milongones y los candombes, en manos de dos grandes del Río de la Plata.
En próximas entregas, trataremos algo sobre la Montevideo actual y el ritmo de sus tambores, sus murgas y un rock que no pretende despegarse íntegramente de esos orígenes.
Martin Walker Tuñón
(Copyright 2009)