El candidato oficial del izquierdista Frente Amplio de Uruguay, José Mujica, un antiguo guerrillero del terrorista grupo denominado tupamaros, se ha dejado ganar por el malhumor.

Aparece en todas las entrevistas periodísticas destratando a los periodistas, mostrando que la edad no pasa en vano. Con 75 años y pocas pulgas en momentos que debe demostrar calma, se deja llevar por una inexplicable actitud de confrontación; la misma que utilizaba cuando en la clandestinidad, se enfrentaba a los gobiernos democráticos del Uruguay en la década de los sesenta. Por que justo es decirlo, los guerrilleros Tupamaros, aparecieron para combatir a la democracia, el golpe militar llegó en 1973 y por causa de los ataques de estos subversivos, que con sus robos, asesinatos y secuestros destruyeron el país.

Mujica, defensor de la ETA española, fue uno de los responsables en 1994, de salir a pedir que los etarras detenidos en Uruguay no fueran extraditados a España. Lo acompañaba el actual presidente uruguayo, el socialista, Tabaré Vázquez, otro defensor a ultranza de los miembros de ETA. Se generaron graves enfrentamientos callejeros con la policía, dejando como saldo un muerto y varios heridos.

Mujica utiliza una forma de hablar debidamente estudiada, se expresa como un analfabeto. En vez de decir “Estamos”, dice: “Tamos” y para preguntar “¿Está pronto?”, simplemente interroga: ¿Tá pronto?”. Así se expresa tratando de que la gente de escasos recursos económicos, piense Mujica es como nosotros; pero se equivoca, ser pobre no significa que la persona sea analfabeta y es uno de sus errores, menospreciar a la gente.

El destrato a los trabajadores de la prensa, por parte de Mujica, ya es intolerable

Soberbio, engreído, pero por sobre todo, enojado con el mundo, se desempeña de una forma dictatorial, donde no admite que se le contradiga, al mejor estilo de los dictadores militares que lo tuvieron preso por 13 años.

La memoria es frágil para algunos que lo llevaron a ser actualmente senador de la República.

Quiso tomar el poder por medio de las armas en los años sesenta y fracasó y hoy con las armas legales que le otorga el régimen democrático, se postula para presidente de Uruguay.

La democracia que él colaboró a destruir en su momento, le ofrece la posibilidad de ser un candidato dentro de la legalidad y las leyes.