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Japón sigue una política ballenera, parte de una estrategia geopolítica en una región clave del planeta como la Antártica y el Océano Austral. Matar ballenas para venderlas es algo que.la Comisión Ballenera Internacional (CBI) no va a consentir en ningún programa ballenero
Científicos Invalidan “Nuevo” Programa Ballenero de Japón en Antártica
A pesar de haber declarado que acataría el fallo de la Corte Internacional de Justicia, que en Marzo pasado determinó que el programa de caza “científica” de Japón en Antártica es ilegal y sentenció a dicho país a detener estas matanzas, el gobierno nipón presentó hace un tiempo un nuevo y controversial programa de investigación letal de ballenas en el Océano Austral, conocido como NEWREP-A.
Esta cuestionada propuesta está siendo evaluada desde la semana pasada a puerta cerrada en Tokio (Japón) por un reducido grupo de especialistas en investigación de cetáceos bajo el alero de la Comisión Ballenera Internacional (CBI).
Documentos presentados por varios especialistas internacionales para dicha reunión dan cuenta que el nuevo programa de caza “científica” de Japón en el santuario de ballenas del Océano Austral no es más que otro intento de la nación asiática de continuar evadiendo las disposiciones de la CBI, e imponer por la vía de los hechos consumados una política ballenera que forma parte de una estrategia geopolítica de la nación asiática en una región clave del planeta como la Antártica y el Océano Austral.
A pesar que el gobierno de Japón continúa argumentado que la única forma de conocer la edad y hábitos de alimentación de las ballenas es cazándolas, la información y evidencias presentadas por investigadores en Tokio, demuestran que estos datos pueden ser obtenidos de manera mas efectiva y menos costosa, mediante metodologías no letales, sin sacrificar los cetáceos. Es decir, estudiarlos.sin necesidad de matarlos.
Por ejemplo, uno de los documentos presentados afirma que la estimación de la edad de las ballenas mediante análisis genéticos ha demostrado ser más precisa y menos sesgada que a través del análisis del tapón de cera del oído de estos mamíferos marinos. Por ello, se ha concluido que la aseveración del gobierno de Japón que es necesario matar ballenas para determinar su edad es “claramente equivocada”.
De manera similar, otro documento es enfático al afirmar que debido al estudio deficiente y la falta de información sobre cómo se alcanzan los objetivos propuestos, el nuevo programa japonés de la caza “científica” en Antártica, NEWREP-A, no contribuye significativamente a reducir la incertidumbre científica respecto a la ecología de alimentación de las ballenas minke antártica.
Otros autores destacan que no existen cambios significativos entre los objetivos de NEREWP-A y el programa ballenero JARPA II, el cual fue decretado como ilegal por el máximo órgano judicial internacional hace más de dos años.
Los investigadores afirman que los objetivos de NEWREP-A continúan siendo vagos y no juegan un papel importante en la determinación del número de ballenas que se cazan anualmente ( más de 330 ballenas minke antártica). Los estudiosos agregan que el nuevo programa ballenero japonés tampoco demuestra cómo la captura de estas ballenas puede servir para alcanzar los objetivos científicos propuestos por el gobierno de Japón.
Al igual que los programas balleneros JARPA I y JARPA II, los especialistas afirman que la cuota anual de caza auto-asignada por el gobierno de Japón no parece estar basada en criterios científicos. Este fue uno de los elementos determinantes para que la Corte Internacional de Justicia sentenciara como ilegal a JARPA II en marzo pasado. Al respecto, los investigadores añaden que en consideración al fallo de la Corte y previas evaluaciones de JARPA II bajo la Comisión Ballenera Internacional (CBI), se podía haber esperado que el nuevo plan de investigación estuviera enfocado en metodologías no letales, y sólo propusiera capturas que sacrifican al cetáceo cuando exista un caso significativo y demostrable de que la información reunida mediante la caza letal de ballenas es “necesaria y no se puede obtener por métodos no cruentos·. Sin embargo, los especialistas insisten enfáticamente en afirmar que éste no es el caso de los objetivos propuestos por NEWREP-A. Por ello concluyen que la continuación de estas matanzas no se justifica bajo parámetros científicos y es por tanto ilegal.
Por si fuera poco los investigadores cuestionan la revisión de NEWREP-A, a la luz de toda vez que la documentación presentada en Tokio, la cual demuestra que la cuota de caza auto-otorgada por el gobierno japonés no es válida para el primero de los dos únicos objetivos que sustentan la nueva propuesta ballenera japonesa en Antártica. La ciencia y la venta de la carne de balllena a los restaurantes de lujo no son coincidentes.
Subrayan que el mismo gobierno nipón ha reconocido que no cuenta con fundamentos para justificar la captura de más de 330 ballenas al año como el segundo de los objetivos planteados en NEWREP-A. Por lo tanto, afirman que la revisión de la propuesta no debería finalizarse hasta que el tamaño de la muestra (o cuota anual de caza de ballenas auto-asignada por el gobierno japonés) sea válidamente demostrada en función de todos los objetivos del nuevo programa ballenero japonés. Los investigadores insisten en afirmar que tras revisar el mérito científico del nuevo programa de caza “científica” de Japón en Antártica, NEWREP-A, resulta difícil no llegar a la conclusión que el gobierno ha comenzado nuevamente un proceso en el que se establece el método (caza de ballenas), para luego desarrollar una propuesta de investigación “científica” ad hoc que la justifique.
La caza indiscriminada de estos magníficos animales sigue a la orden del día en países como Noruega, Islandia y Japón. A este grave problema se suman nuevos enemigos: el cambio climático, la contaminación y la destrucción de su hábitat. Está claro que queda mucho por hacer para salvar a las ballenas. ¿Nos ayudas?
Acción de Greenpeace contra la flota ballenera japonesa. Los barcos de Greenpeace el Arctic Sunrise y el Esperanza tratan de obstaculizar la caza de ballenas.
La industria ballenera ha cazado una población tras otra de este grandioso cetáceo, persiguiendo nuevas especies a medida que se iban agotando. Hace ya casi 40 años que Greenpeace empezó a concienciar al mundo sobre esta masacre.
En 1982 se prohibió la caza comercial de ballenas en los países que formaban parte de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), debido a una elevada presión social y al lamentable estado en el que se encontraban las poblaciones de estos mamíferos. España era uno de los países que cazaba ballenas hasta que entró en vigor esta moratoria, algo que no sucedió hasta 1986. De hecho, el barco de Greenpeace Rainbow Warrior I estuvo apresado en El Ferrol por la Armada Española por oponerse a los balleneros gallegos. En 1994 la misma CBI creó un Santuario de Ballenas en la Antártida.
A pesar de todas estas prohibiciones, varios países siguen acabando con ellas:
Además de su caza, ahora las ballenas también tienen que hacer frente a otras causas que están afectando seriamente a su supervivencia: el cambio climático, la contaminación, la destrucción del hábitat y la pesca descontrolada son los problemas que se deben abordar urgentemente si se quiere un mar saludable para las ballenas, para todos los seres que en él viven y para las comunidades que dependen de él.
Lamentablemente, de las diferentes especies de ballenas que existen, casi todas sus poblaciones se encuentran reducidas, algunas al borde de la extinción, otras en lenta recuperación y algunas tienen en jaque a los científicos, que no logran descifrar si se recuperan o decrece su número. Por ejemplo, la ballena azul -el animal más grande que ha habitado jamás el planeta- aún no se ha recuperado de la caza indiscriminada que la llevó al borde de la extinción. Y como ella, muchas otras. Estos datos son especialmente preocupantes, pues las ballenas viven mucho tiempo -pueden alcanzar entre los 70 y 150 años- y su reproducción es muy lenta.
Hace siglos se avistaban ballenas desde una atalaya del monte Ulía de Donostia(San Sebastián)
Las ballenas son animales magníficos por su gran tamaño, por ser pacíficos, misteriosos y por sus largos viajes migratorios, muchos de los cuales son más largos que los de cualquier otro mamífero en la Tierra. Las ballenas son las embajadoras del mar y todo un ícono de la lucha para proteger el planeta.
Estas criaturas han fascinado a la humanidad por siglos y cada día, al conocerse más sobre sus comportamientos, se descubre que tienen altos niveles de inteligencia. Si bien aún queda mucho por aprender sobre su forma de vida, se sabe que algunas especies utilizan complejas series de sonidos para comunicarse y que forman grupos sociales complejos.
La caza comercial de ballenas comenzó en el siglo XVII, ya que de ellas se obtenían aceites y otros productos. En el siglo XX el uso de la tecnología y el aumento de la demanda superaron el límite sostenible por las ballenas, poniendo en riesgo sus poblaciones. En la actualidad muchos de estos productos se obtienen por otros medios, por tanto la caza de ballenas es una práctica obsoleta.
Hoy España forma parte de la CBI dentro de la Unión Europea. Sin embargo, la posición de nuestro país es muy ambigua y neutra. Al no tener intereses comerciales, no presiona a favor de la caza de ballenas, pero tampoco lucha para que esta masacre llegue a su fin de una vez por todas.
La solución global es acabar con cualquier tipo de caza comercial de ballenas y crear santuarios marinos. Además hay que luchar contra el cambio climático, la sobrepesca y la contaminación, que también les afectan al igual que a todos los tipos de peces. Los gobiernos pueden ayudar a la protección de estos grandes mamíferos marinos apoyando a la CBI en su tarea de conservación, denunciando a los países que cazan ballenas, siendo más proactivos en las reuniones de la CBI y evitando la entrada de carne de ballena en sus puertos.
Al proteger a las ballenas estamos protegiendo muchas otras especies, ya que estas se encuentran en lo alto de la pirámide trófica y ayudan a controlar las poblaciones de ciertos peces y crustáceos. Además, en el ámbito socioeconómico, las ballenas y el turismo que se desarrolla a su alrededor, como el avistamiento de cetáceos, se han convertido en uno de los principales ingresos económicos en muchos países y genera mayores beneficios económicos que la caza comercial.
Por ejemplo, en Islandia, a pesar de que se cazan ballenas, también florece el turismo de avistamiento de ballenas. En 2012 unas 175.000 personas fueron a ver nadar ballenas en libertad a este país, generando más beneficios que la caza de ballenas. A nivel mundial, el avistamiento de cetáceos genera 2.000 millones de dólares al año, con 13 millones de personas que acuden a verlos a lo largo y ancho de nada menos que 119 países a nivel mundial, según el International Fund for Animal Welfare.
¿Qué está haciendo Greenpeace?
Green Peace lucha por poner fin a la caza comercial de ballenas y a la realizada bajo supuestos fines científicos. La organización quiere que la CBI se convierta en un organismo de conservación de estos grandes mamíferos y tome las riendas de la protección y creación de santuarios marinos para las ballenas. En Japón, la organización trabaja con tesón en la concienciación del consumidor para que no consuma ni compre compre carne de ballena, cosa difícil en losrestaurantes de moda de países como Japón, las dos Coreas, Londres, París, etc..Green Peace sí acepta la caza de subsistencia, porque es diferente a la caza comercial de ballenas. Los objetivos de esta caza aborigen incluyen:
Durante la 66 reunión de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), que tiene lugar en Eslovenia y en la que se tratará la propuesta de creación de un Santuario de Ballenas del Atlántico Sur, la asociación ecologista Greenpeace defendió una iniciativa en ese sentido.El Santuario no existe desde 2016 y ahora Greenpeace trata de renovarlo, con pocas probabilidades de éxito. Los intereses de la industria son muchos y complejos.
"Para que la CBI apruebe un santuario de ballenas se necesita el 75% de los votos de los presentes, ya que por cada uno en contra se eliminan tres a favor. En 2014 esta propuesta obtuvo el 69% de los votos. Es decir, con que solo cuatro países hubieran cambiado su voto hubiera salido adelante. Brasil, apoyado por Argentina, Uruguay, Sudáfrica o Gabón, volverá a defender este año la propuesta de Santuario de Greenpeace, que incluye un plan de gestión basado en recomendaciones de la propia CBI"..
Según ha declarado Celia Ojeda, responsable de la campaña de Océanos de Greenpeace, "los líderes políticos reunidos en Eslovenia, tienen que tomar una decisión valiente, proteger a los cetáceos y decir definitivamente no a la caza de ballenas. Se ha pedido a España que apoye la propuesta de creación de este Santuario”.
El santuario del Atlántico Sur tendría una extensión aproximada de más de 20 millones de m2, la superficie de Rusia e India juntas. Sería un área donde la caza estaría prohibida y se apostaría por la investigación científica y el turismo, similar a la que ya existe en el océano Antártico. Protegería a aproximadamente 51 especies de ballenas y delfines cuyas poblaciones se encuentran en distintas fases de recuperación.
En la reunión también se hablará sobre la situación de las poblaciones de cetáceos o la caza aborigen. También Chile presentará evidencias científicas de que las poblaciones de ballenas no disminuyen el número de peces, excusa principal para continuar la caza de ballenas por Japón, Noruega e Islandia, sino que en realidad tienen el efecto opuesto
Bajo los reglamentos actuales de la CBI, la caza de subsistencia está permitida para las comunidades nativas de Dinamarca, la Federación Rusa, San Vicente y Las Granadinas y Estados Unidos. Es responsabilidad de cada gobierno dar a la Comisión datos fidedignos evidentes de las necesidades culturales y de subsistencia de su pueblo. El Comité Científico brinda asesoría sobre los límites de captura seguros de esos stocks..Y Japón ignora a Naciones Unidas y volvió a cazar ballenas
El 1º de enero 2017, se leyó en los periódicos de Tokio este titular: “El gobierno de Japón ha anunciado que la flota ballenera a partir hoy ha decidido llevar a cabo una nueva temporada de caza en el océano Antártico” .Esto pone en juego el futuro de las ballenas .
Esta temporada es importante para las ballenas. Porque se está celebrando en Eslovenia la tercera jornada de la Comisión Ballenera Internacional (CBI). Y en esta reunión, se discute el futuro de las ballenas, los criterios para el estudio científico de los cetáceos, las cuotas-limite dela pesca abprigen, etc..
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