¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Nutrición Saludable escriba una noticia?
En verano llegan los días más largos, el calor y queremos vernos en forma, nuestro organismo necesita adaptarse a estos cambios. Para sentirnos bien debemos adecuar nuestra alimentación para que sea equilibrada en nutrientes y suficiente en líquido que reponga las pérdidas por sudoración
Consejos:
· Aumentar el consumo de Líquidos: El líquido eliminado a través de la sudoración se incrementa en verano y necesitamos reponerlo. Así evitaremos efectos de la deshidratación tales como cansancio, debilidad muscular, confusión mental.
Lo adecuado es ingerir entre 1, 5 a 2 litros de agua: de 8 a 10 vasos a lo largo del día.
Bebidas: agua, jugos, caldos, infusiones, son la forma de hacerlo.
· Más Verduras y Frutas de estación: Los vegetales tienen un alto contenido de agua, fibras, minerales y vitaminas por lo tanto es aconsejable aumentar su consumo. Porque además del líquido, permiten reponer los electrolitos eliminados en la sudoración.
Y si queremos bajar algunos kilos de más en esta época, aumentar la proporción de vegetales de nuestra dieta es muy recomendable.
Ensaladas de verduras crudas (de preferencia) o cocidas, como entrada o acompañamiento en las comidas.
En verano las necesidades de Hidratación aumentan, por eso necesitamos tomar más Líquidos ya sea en Bebidas o Alimentos ricos en agua
Frutas al natural, en ensalada, licuados como postre o entre horas.
· Fraccionar la Alimentación: Cuando las temperaturas son muy elevadas podemos sentir poco apetito, lo ideal no es saltear comidas sino consumir porciones más pequeñas de alimentos livianos (bajos en grasas y azúcar) a intervalos regulares a lo largo del día, para no recargar el trabajo digestivo.
· Cuidar la Higiene y Conservación de los Alimentos: El calor favorece la proliferación de microorganismos que pueden contaminar los alimentos, por lo cual debemos poner mayor atención en la higiene a la hora de preparar las comidas y si consumimos alimentos ya elaborados asegurarnos provengan un lugar en el que se controle la higiene de los mismos.
Lavar con agua clorada los vegetales, previo a su consumo.
La refrigeración para conservar los alimentos también es fundamental.
Evitar el contacto entre los alimentos crudos y los que están cocidos listos para consumir, guardarlos separados en bolsas o recipientes con tapa, para impedir la contaminación cruzada.
El calor favorece el crecimiento de Bacterias que pueden Contaminar los Alimentos, debemos poner mayor cuidado en la Higiene durante su preparación
Lic. Gabriela Berri
Nutricionista